domingo, 30 de agosto de 2020

EL BRINDIS

El brindis

La mataría.

La tóxica se había encargado de dejarlo como un canalla miserable ante todo su entorno.

También sugirió que si se atrevía a dejarla, se suicidaría.

Ya no soportaba sus manipulaciones.

La invitaría a tomar un trago, para hacer las paces. La ingesta de alcohol era una constante en su día a día.

Pondría una buena dosis de pastillas. Cuando se adormeciera, le metería por fuerza el resto para mandarla a un eterno descanso.

Preparó la copa.

Para su sorpresa, ella lo esperaba con un vaso ambarino en alto, y una sonrisa conciliatoria. En sus ojos enrojecidos, relucían lágrimas.

-Te esperaba, querido. Estamos a tiempo de arreglar las cosas. Te compré tu whisky favorito.

-¡Qué casualidad! ¡Venía por lo mismo! Te traje champán…

-¡Brindemos!

Él bebió con ansiedad, esperando que ella consumiera el líquido.

Pero no lo tomó. Se le quedó mirándolo fijamente, mientras brillaban sus ojos tristes de un modo extraño.

-Lo siento muchísimo…

Fue lo último que escuchó antes de desmayarse.

Habían tenido la misma idea.

No eran tan diferentes, después de todo…